A veces los juguetes más sencillos, hechos de materiales naturales y caseros, son los más interesantes para los bebés.
Por ello Sunflower y yo preparamos una cesta de los tesoros sensorial para el primer cumpleaños de mi sobrina preciosa Nuria.
Os vamos a ir mostrando todo lo que hicimos poco a poco y hoy empezaremos con unos saquitos de descubrimiento, que estimulan tacto, vista y audición, muy pero que muy fáciles de hacer.
¿Qué necesitamos?
- Círculos de ganchillo y de colores. En este caso compré estos parches decorativos de Ikea, los puedes encontrar en la sección de telas, en accesorios de costura. Traen incluso el hilo para coserlos.
- Materiales diversos para poner dentro de los saquitos. En esta ocasión hemos utilizado: flores de eucalipto, arroz, tapones de plástico, conchas de mar.
¿Cómo se hacen?
Cosemos dos parches juntos por todo el borde con un hilo doble para asegurar, dejando una pequeña abertura.
Entonces introducimos el material de relleno que hayamos elegido.
¡Ya está!
¿Para qué sirven?
Los niños cuentan con la capacidad natural de aprender a través de los sentidos, por lo que es fundamental acompañarles en su desarrollo con juegos y materiales adecuados que les permitan la exploración y el juego.
Estos saquitos permiten que el bebé experimente con un tacto muy cálido y acogedor (como es el algodón ganchilleado) pero a la vez con diferentes texturas en su interior.Es muy diferente la sensación de jugar con el saquito de tapones de plástico o con el de arroz, que invita a apretarlo y estrujarlo más.
Los he regalado otras veces y siempre han gustado mucho a los bebés (y a sus mamás). Y son tan sencillos y económicos que vale la pena. ¿Quién se anima a hacerlos?
El niño no distingue entre jugar y aprender. Así lo hace desde que nace. Para él aprender es pasar, a través del juego, a actividades que le permitan conocer el mundo exterior” – Rachel Cohen
Aguamarina
Me encanta la idea... Sencillo y muy efectivo... ;)... Muchas gracias