El calor matinal era bochornoso, casi sofocante, por lo que no pudimos prestarle igual la atención que queríamos al mercado. De camino pasamos por el Senado, donde siempre están haciendo guardia los soldados con sus metralletas enormes y excesivas.
Por la noche nos apeteció acercarnos al Trastevere, el barrio que se encuentra al otro lado del río Tíber. Teníamos ganas de conocer su ambiente nocturno que parece ser una de las zonas más in de Roma.
El primer día que pisamos el Trastevere, que te conté aquí, fue para ir al mercado de Porta Portesse. Entonces nos pareció un barrio bastante sencillo y para nada bohemio, pero claro es que solo habíamos ido a una parte. Así que cuando esta noche paseamos por las calles que llevan a la piazza de Santa Maria del Trastevere, nos sorprendimos muchísimo; bares, restaurantes, pizzerías, paraditas de artesanos y vendedores, música en vivo, estudiantes, extranjeros,… todo un mundo enorme se despliega en esas calles estrechas y medievales que tienen un regusto vintage de lo más agradable, además de detalles encantadores a cada paso.
La vida es como una leyenda, no importa que sea larga, sino que esté bien narrada. – Séneca