Nuestra última semana en Roma empezó con uno de esos días como de resaca, en los que el cambio de ritmo te deja medio atontado. Después de cinco días maravillosos acompañándonos, los abuelitos, la supermadrini de Sunflower y el tío Fran tuvieron que marcharse. Las despedidas siempre son ... LEER MÁS...