Este libro es mágico. En serio. No sólo por sus ilustraciones, que son maravillosas, sino por cómo a través del efecto muy trabajado de las rimas y de su suave resonancia consigue que los niños se duerman. Y además bien, relajados y felices.
Las rimas infantiles en general son muy beneficiosas (ayudan a dominar el lenguaje, a controlar y ordenar los movimientos, a ubicarse en el aquí y el ahora,…) Pero sobre todo facilitan al niño a entrar en su cuerpo, a encarnar.
Así, las primeras páginas se llenan de ruido, de movimiento y actividad. Todos están trabajando y la cadencia de las rimas enérgicas y vivas también lo acompañan.
Pero cuando el trabajo ya está hecho y toda la carga bien guardada, es hora de ir a dormir. Los animales se acuestan en el coche cama para descansar. Y con el poder de las rimas, más pausadas y bajando el tono de voz, la activación se va reduciendo.
De esta manera el niño se va relajando, hasta que se queda en un estado tranquilo que le permite abrazarse a Morfeo. Está muy bien hecho.
Además el final del libro es precioso. Me fascina.
Lo cierto es que lo descubrí por casualidad. Fui a cambiar un cuento que teníamos repetido (que le regalaron a Sunflower por su cumpleaños) y al ver que era número 1 en las listas del New York Times pensé, <<tiene que ser bueno>>.
A Sunflower le encanta, no por nada llevamos varias semanas que elige este cuento para irse a dormir. Ahora mismo es de sus favoritos.
Te paso la referencia por si te interesa:
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